Libro: Nuestras locuras


CÁPITULO 2:
Así empieza todo
Sus brillantes ojos del color de la Coca-Cola se abren, lenta y soñadoramente. Parpadea unas cuantas veces, batiendo así sus largas pestañas negras. Poco a poco, se va incorporando, y mientras se estira, bosteza alegremente. Sus ojos recorren la habitación. Las paredes azules eran claras y alegres, y los muebles blancos le dan un aire de felicidad, elegancia, sueños... La ventana es amplia, y por sus cristales se cuelan lijeros, cálidos y claros rayos de luz. Todo está en calma. Wen se dispone a sacarse las tabas de los dedos, un gesto muy común en sus mañanas soñolientas y felices. En ese preciso momento, su mirada roza con la muñeca de su brazo... Con su reloj de mano. Las 10:23. ¡¡LAS 10:23!!
La habitación que parecía estar en calma se vuelve un remolino de nervios y prisas.
- ¡Son las 10:23! He quedado con el resto a las 10:30... En la parada del BUS... ¿Me dará tiempo?...- se dice a sí misma.
Ya está de pié, rebuscando en su armario...
Por fin da con lo que buscaba: una camiseta de tirantes negra, su sudadera favorita (una ADIDAS azul) y unos pantalones azules (más oscuros que la sudadera...).
Se lo pone, hacendo grandes esfuerzos por luchar contra el sueño que aún invade su cuerpo. Dobla rápida y malamente su pijama.
Su mirada vuelve a dirigirse al reloj. Las 10:27. Le puede dar tiempo, la parada del BUS está justo enfrente de su portal...
Rápidamente, coje su bolso pequeño, su cartera con 25 euros, su abrigo de cuero color crema y su BlackBerry blanca. Sale a todo correr de su habitación, pero a los 3 segundos se para. Vuelve a entrar, abre el armario y coje de él sus zapatillas negras con cordones azules. Se las pone muy deprisa, todo lo que puede. Y esta vez sí, sale de su cuarto sin parar, muy rápido.
Abre la puerta de su casa y dice:
- Adiós, mamá. Voy con Nyrah y Meilí. Ya te dije ayer. Bueno, adi...
- ¡¡Yo también quiero ir!! - Yessika interrumpe a su hermana.
- Pero.... - Wen quiere mucho a su hermana... Pero, a esas edades... ¿quién quiere salir por ahí con su hermana pequeña? Yess tiene un año menos que Wen... Concretamente, 18.
- Venga Wen. Siempre dices que no quieres ir con tu hermana por ahí. Y cuando volvéis, me dices que lo has pasado en grande - su madre la convence.
- Vale... Pero... Como no te des prisa... - Wen advierte a su hermana, mientras mira su reloj -. ¡¡Ya son las 10:33 y he quedado a y media...!!
A Yess no le cuesta mucho prepararse. Ya estaba vestida desde las 9:00, hora en la que se había despertado. Iba con esa imagen urbana y coqueta que lucía siempre: Una camiseta de manga corta ancha, con el dibujo de una chica; unos pantalones cortos negros y unas medias grises. Solo le hacía falta ponerse sus botines negros y coger sus cosas.
Ya están en el ascensor. Al ver sus reflejos en el espejo, cada una aprovecha para perfeccionar su imagen. Yess se peina con las manos, y cuando se da por satisfecha, echa una mirada a su hermana. Está con su BlackBerry. Con el WhatsApp, por supuesto...
Su mirada salta de letra en letra, leyendo el mensaje que le acaba de enviar Nyrah. Durante unos segundos, lo lee... Pero a continuación para.
- ¿Qué pasa?
- ¡¡Hay que correr, YA!! El BUS ha llegado y como no corramos...
Las puertas del ascensor se abren, y ambas hermanas van corriendo: primero, a salir del portal, y segundo, a llegar a la parada.
Ahí está Nyrah. Con una camiseta blanca enseñando un hombro, y con tres dibujos: tres plumas de colores vivos. También llevaba unos pantalones cortos marrones claros, con la camiseta remetida en ellos, que estaban atados con un cinturón azul turquesa. Llevaba unas medias del color de su piel y unos botines marrones.
Ya estaba a punto de entrar al BUS, con un pié apollado en él, y el otro no... Su cabeza hace un gesto para mirar a un lado. Se dibuja una sonrisa amplia y feliz en su cara al ver que Wen y Yess ya llegan.
Ellas le devuelven la sonrisa.
- ¡Hola! Pensaba que al final me iba a quedar yo aquí sola... - Nyrah sonríe.
- No... Esque.... - la voz jadeante de Wen no le permite hablar. Está tratando de recuperarse de la "carrera sprint" que se ha pegado...
- Me lo imagino... ¡Dormilona! - dice Nyrah, pegándole un golpecito amistoso a Wen en el hombro, sin perder esa sonrisa inocente y bromista que habita siempre en su cara.
Las tres ya están dentro del BUS, y ya han pagado para entrar. Wen y Yess parecen haberse recuperado de sus enormes esfuerzos por llegar a tiempo.
Una vez sentadas, Wen trata de explicar lo que le ha pasado.
- Me he despertado 7 minutos antes de y media....
- Yo ya estaba levantada, pero la muy buena de Wen no me ha tenido encuenta y ha pasado de invitarme a venir... - Yess está un poco picada.
- ¿Cómo? ¿Que yo no te he invitado? Pues claro que no te he invitado..... Tú eres la meleducada que se ha autoinvitado....
- Venga, chicas, ¡ya! - Nyrah hoy se ha despertado de buen humor... Y perece tener más paciencia de lo normal... Algo extraño en ella, puesto que salta a la mínima.
- Tú estás hoy de buen humor, ¿no? - Wen se ha dado cuenta -. Por cienrto, ¿y Meilí?
- No me hables de eso... - el buen humor de Nyrah parece desvanecerse en el aire... -. Me envia tres minutos antes de venir un WhatsApp.... y.... Bueno, míralo tú.
Nyrah saca de su bolso pequeño su amado móvil, un Samsung Galaxy Ace y se lo pasa a Wen.
- Lee en voz alta - Yess también quiere enterarse de lo que pasa.
Wen lee:
"Nyrah: Ey, Mei, ¿vas a venirte?
Meilí: ¡Sí! ¡Pues claro!
Nyrah: Bien... eh.... ¡No me falles! ;P
Meilí: Tranqui...!!"

- Eso ha sido hace una hora... Y ahora lee este que me ha enviado a las 10: 27 - Nyrah quiere demostrar por qué está enfadada...

Wen sigue leyendo:
"Meilí: Nyrah!! Al final no puedo ir. ¿Vale? Esque... bueno, que no hay ganas...".
- ¡Ves! ¡Siempre hace lo mismo! "No hay ganas de quedar, blah, blah, blah...". ¡Estoy hasta las narices! En los ratos libres en la Universidad.... ¡Hace lo mismo! Pasa de nosotras.... - Nyrah no puede evitar estallar en gritos y quejas...
- ¡Nyrah! - Wen la mira, y le susurra: - ¿No ves que todos los del BUS nos están... mirando?
Yess está demasiado avergonzada como para meterse en la conversación. Está sentada, con un gesto en la cara de "no me mires, yo no las conozco"... Su mirada se dirije al techo del BUS, y se está mordiendo el labio inferior...
Nyrah deja de gritar. Su mirada se aparta de los ojos de Wen, para dirigirse al resto del BUS... Y, efectivamente, todos la están mirando, con cara extrañada y divertida... La vergüenza se va apoderando de su cuerpo, pero una cosa no quita la otra, y sige totalmente enfadada con Mei.
- Vale... Pero... Me saca de quicio lo que está haciendo Mei... Antes no era así de... no sé... se está volviendo distinta... - Nyrah trata de explicarse, pero esta vez, en susurros.
- ¿Crees que no me he dado cuenta...? -Wen contesta.

El BUS frena en seco y sus puertas se abren.
- Es nuestra parada - anuncia Yess.
Las tres chicas se levantan y salen de BUS. Al ver lo que les espera fuera del BUS, sonríen y se miran.
"REBAJAS" anunciaba un gran cartel colocado en la entrada del centro comercial.
Pasan toda la mañana de tienda en tienda, pero, aquí es donde todo empieza. Una estrecha amistad entre ellas y...
- ¿Os gusta esta camiseta? - Nyrah dice señalando a las demás una camiseta blanca ancha, y como las denomina ella: "De enseñar un hombro".
- Me encanta - Wen da su opinión.
- Pues a mí no - espeta Yess -. La forma y tal va bien. Pero... No sé, no me va el color, blanco... qué soso... Mejor otro color, ¿no?
Nyrah hace todos los esfuerzos que puede por contenerse y tragarse todos los comentarios que se le pasan por la cabeza.
- A mí me gusta - contesta Nyrah al cabo de unos segundos -. Me lo voy a comprar...
Las tres chicas se dirigen a la caja, donde una chica alta, pelirroja y de amplia sonrisa les atiende.
- Bien, son 9 con 50.
Nyrah entrega el dinero, y la chica de la caja mete la camiseta en una bolsa naranja en la que pone con letras blancas y claras: "Bershka".
Nyra sonríe divertida y dulcemente, poniendo ojos amistosos, y la chica de la caja le devuelve la sonrisa.
- Adiós... - todas se despiden alegremente.
Salen de la tienda... Pero, el amplio pasillo del centro comercial se ha transformado. Ahora está totalmente abarrotado de gente, a diferencia de antes. Miles y millones de adolescentes, algunas de ellas gritan, ríen nerviosamente...
- ¿Qué pasa? - a Yess le pica la curiosidad... - ¿A qué viene tanto revuelo?
- Serán las rebajas... - dice Wen dando su idea.
- No creo... Hay demasiada gente... Vamos a ver qué pasa - opina Nyrah.
Se hacen paso como pueden entre la multitud, como si estuvieran en un gran bosque, plagado de árboles y ramas.
Por fin divisan lo que está volviendo tan loca a le gente... Y allí, allí... No pueden creer lo que ven.
Después de unos 10 segundos de shock, Nyrah estalla. Se pone a saltar, a gritar, no sabe lo que hacer.
- ¡¡¡¡NO PUEDO CREERLO!!!! - grita a sus amigas, y a continuación, mira a lo que le ha hecho entrar en SHOCK y grita: - ¡¡¡¡¡¡¡VAS......

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CAPÍTULO I:

ESAS PERSONAS....
Bueno... de esas personas ya hemos hablado. En la introducción.... que supongo que ya la habréis leído un poco más abajo. Esa gente loca y motivada, a su vez centrada y responsable.
Así pues, tenía el pelo morado y muy liso. Se lo recogía con una coleta prácticamente siempre. Su pelo, era como las orillas cristalinas del Caribe, reluciente. Hilos púrpuras (teñidos, claro). En sus ojos parecía reflejarse un paisaje otoñal, con todos sus tonos marrones. Se vestía de manera cómoda, pero eficaz. Su nombre... bueno.... ¿cómo describirlo? Exótico, original, poco sonado.... Meilí. En realidad.... ese no era su nombre auténtico, el de verdad era Hermosa, pero, como a ella
le sonaba "cutre y estúpido", decidió llamarse Meilí (hermosa en chino). ¿Por qué chino? Meilí estudiaba chino. Tenía una personalidad responsable y estudiosa, como la de un profesor, sin embargo, con un toque de motivación y diversión. Se sentía muy unida a tres chicas más.
La otra chica, era menuda y delgada, con la piel lisa y blanca. Sus ojos eran canicas repletas de miel, a juego con su pelo, de color marrón claro. Tenía una sonrisa dibujada en la cara, como la de la chica inocente y feliz que era. Su ropa reflejaba mucho su felicidad, siempre que podía, llevaba al menos un color vivo. Le gustaban las camisetas con el cuello "estirachajado" de manera que caían enseñando un hombro. Y los pantalones pitillo, ya que había oído que le hacían parecer más alta y a ella la idea le gustaba. Tenía un nombre extraño y original, que a ella le parecía perfecto. Se llamaba Nyrah. Siempre recalcaba que la "h" final no se pronunciaba, y que la "y" de su nombre debía sonar como una "i" normal. ¿Su personalidad? Divertida y alocada, aunque con cierta responsabilidad y gusto por estudiar. Como su amiga Meilí.
También estaba Wen, la chica un poco más seria, con el mismo nivel de inteligencia que las anteriores, y con esa chispa divertida y motivada que adornaba una personalidad como un lazo al envoltorio de un regalo. Tenía el pelo negro, conjuntado con sus ojos marrones oscurísimos. Con la piel tostada por el recién acabado verano. Su ropa, seria y a la vez divertida, ¿cómo explicarlo? Seria con un toque moderno, un estilo que le sentaba bien, por supuesto. Le apasionaba la lectura como a nadie, la idea de leer a la luz de una vela era una de las mejores que se le podía pasar por la cabeza.

Luego, también estaba la pequeña, pero no menos importante, Yessika, o Yess, como la llamaban sus amigas. Era una chica con el pelo rubio, muy rubio, con el mismo resplandor que tienen los rayos de sol. Y sus ojos, preciosos, eran igual que preciosos diamantes verdes. Le gustaba vestirse con camisetas anchas, pantalones cortos y leggins debajo. Su personalidad.... Pues coqueta, un poco loca, y divertida, con un buen carácter.
Cada una de ellas estaba unida a las otras con una fuerza más fuerte que la gravedad, llamada "la amistad". Se lo pasan muy bien juntas, sin parar de motivarse. Algo que las unía mucho más, era tener un blog, escribir juntas. Eso las hacía felices...


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PRÓLOGO:
Hay personas y, personas. Todas de distintos tipos: altas, flacas, bajitas, gordas, amables, malas, buenas, mal educadas, locas, serias, secas, motivadas. Hay personas que tienen cierto encanto, tal vez por ser muy serias y de buen juicio, por destacar en su educación, por un aspecto físico con bellas facciones, por su inteligencia, por su locura, por su gran falcilidad para estar feliz.... Normalmente, una personalidad de buen juicio, no está encerrada con una loca y divertida en la misma persona. Pero, la verdad es que en eso hay cierto encanto, que es sutil y original. Esa extraordinaria capacidad de tenerla cabeza bien puesta, y los pies en la tierra, pero a su vez con un toque loco, divertido, motivado.... Una genial mezcla de personalidades, cada una de diversos sabores, muy variados. Claro, habrá gente que no opine lo mismo, que piense en que esa personalidad es una anormalidad. Y a otras, sin embargo, por esa misma razón nos atrae y nos fascina esa personalidad, por su anormalidad.
La capacidad para entender cuando es el tiempo de echar unas risas, de derramar lágrimas, de poner los piés en la Tierra....
Bueno, en esta narración, relataré la diversión que puede tener alguien así, también ahorrándose muchos problemas.
¿Te ha picado la curiosidad? Si es así, podrás leer nuestros capítulos cuando los vallamos publicando. Y si no, pues ¡¡¡LÉELO TAMBIÉN :) !!!

6 comentarios:

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